Me despierto con migajas de galletas en el suelo y riostras vacías de pastillas a lado de mi mano derecha.
¿Es abril? No, junio -bueno por lo menos el año es el mismo-
Lo primero que noté al levantarme es la estática del televisor. De seguro estuve viendo algo y se cerró la transmisión, pero alguien aun sigue en sintonía ¿habré sido yo hace 2 meses atrás?
No, por supuesto que no, a ese límite no se puede llegar.
Revisé el teléfono y la computadora, nadie se ha preguntado donde estuve así que técnicamente se que no me fui a ninguna parte. Incluso vi que había respondido y llamado aunque muy poco.
A pesar de que todo el asunto sea muy extraño, lo único en lo que puedo pensar es en la escusa que le voy a decir a todo el mundo cuando me pregunten de lo que he hecho todo ese tiempo.
Luego me reviso a mí mismo y me doy cuenta de que hubo rastros de lucha. Lo que quiero decir es que esos 2 meses aparentemente fueron tiempos muy muy muy duros. Lo repito 3 veces enfatizar en mi condición ya que todas las partes del cuerpo que me suelen fallar estaban muy mal: mi cuello, mis intestinos, mis ojos y sobretodo mi sistema nervioso.
Me preguntaba si había ganado o había perdido y cuál fue el resultado.
El escritorio estaba vacío, no había pasado nada ahí en meses. Después de buscar en el cajón lo único que vi fue una carpeta con páginas. Era como una especie de bitácora con frases muy raras. Lo digo asi porque la mayoría de las entradas no parecían llamados de auxilio, más bien eran una especie de “bitácora de sobreviviente” porque decía cosas como: hoy estuvimos aquí, hicimos esto o está sucediendo esto por esta es la razón. Esto no tiene sentido para que alguien iba a escribir algo así si no le iba a entregar la información a nadie, más bien me parece una total pérdida de tiempo.
Si era yo o era otra persona la que escribió eso por alguna razón me importaba un bledo. Lo único que me llamo la atención es una idea que se repetía de forma indirecta: “no es el destino, es el trayecto”. Esto último me pareció una especie de broma pesada porque no recuerdo nada.
Amigo Juguete,
no sé hasta qué punto este post forma parte de la realidad, de tu realidad.
Es una desconexión muy larga, demasiado larga.
Espero que no se haya tratado de ninguna enfermedad, y mucho menos evitable, pero en cualquier caso, espero que ahora estés bien.
No olvides que el trayecto está plagado de destinos, pero nunca al contrario: la sinrazón, el olvido y reconocer todo esto, también forman parte del trayecto.
Me alegro de volver a leerte, un abrazo.