Observa como lo que solía ser un sueño apacible se ha cobertizo en una mórbida pesadilla. Quiere despertar pero se da cuenta de que esta despierto y esa ilusión creada por lo sentidos que llama existencia se va acabando cada vez que el segundero se mueve, cada vez mas de prisa. La percepción del tiempo perdido y la ausencia de logros percibibles fijan un curso de colisión a su cabeza, el sabe que no puede eludir el impacto, el que no sufre no aprende. El estremecimiento de la colisión provoca ira del perceptor hacia si mismo. Gritos y alaridos sin emitir un sonido, golpes que solo rozan el aire, hasta que sin deliberación su puño golpea un cristal plano con su reflejo deformado. Atemorizado por haber pincelado su puño de rojo profundo se dice así mismo, “nunca mas”, para decir una vez mas, “tengo mucho por hacer, ahora es cuando para empezar”. Sus sentidos dejan de bifurcarse mientras comienza a despertar en:
4… mira nuevamente del reloj,
3… observa el escenario a su alrededor,
2… percibe su cuerpo inerte,
1… hora de levantase…
Aun somnoliento le pregunta a una silueta borrosa ¿Qué día es hoy? esta le responde, “hoy es el resultado del cual has sido medido y catalogado, tu calificación es 5.5”.
¿Cuánto tiempo me quede dormido?...
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