La carrera de la rata


Persiguiendo a un fantasma

producto de mi imaginación

Mi mente se deja engañar

fantaseando gloria y victoria.

El clima se vuelve delirante

y el suelo rugue de hambre.

Mientras compito contra reloj

en la carrera de la rata.


Un payaso en la delantera

predica su falsa doctrina,

a lo que debemos aspirar.

Un gran miedo a fracasar

consume toda mi euforia.

Mientras compito con furor

en la carrera de la rata.


Mil ilusiones fragmentadas,

sueños tirados al olvido.

Mis ojos quedan estupefactos,

el cotejo era un espejismo.

La pista es un gran deja vu

y la meta final es un vacío.

Toda una vida desperdiciada

en la carrera de la rata



La primera regla es: No preguntar porque


Es la primera regla y la más importante a la hora de sobreponerse al ataque de nuestras propias emociones, además de ser algo que no solo puede prevenir la perpetuación de un problema emocional sino también evitar empeorarlo y que se salga de nuestro control, gracias a esto quizá el auto flagelarse y el ser mangoneado por nuestras emociones cosa del pasado.


Esto es en realidad algo muy simple: cuando estés en una situación emocional adversa (depresión, ansiedad, pánico, etc) abstente de preguntarte porque te encuentras en ese estado tampoco trates de comprender dichas emociones, ya que el campo de la emociones es algo netamente irracional y abstracto, al tratar de verlo desde una perspectiva lógica hace que el cerebro se confunda y el resultado es transformar una estado emocional patético en un escenario de locura como por ejemplo, depresión a furia autodestructiva. Quizá en otras personas no se igual pero casi siempre esto no termina bien si te haces demasiadas preguntas.


Por experiencia propia si funciona, además obtuve este consejo de un profesional del psicoanálisis. Ahora me siento más tranquilo y con menos preocupaciones que antes, aunque no resuelve tus problemas es una gran ayuda a la hora de enfrentarlos.


Espero que les funcione.



Buscando Paciencia


Hay ocasiones como muchas son a veces,
en las que me pierdo la razón y el orden
y fondeo en aguas turbulentas y profundas.
Entonces existir requiere mucha paciencia,
mi virtud aquella brilla por la ausencia.
Cierro y abro mis ojos y todo ha terminado,
mis oportunidades de nuevo se han dilapidado.

Entonces declaro ira contra mi fortuna,
me hundo con mi cinismo y desesperación.
Pero recuerdo que desconozco la verdad.
Cuanta gente padece sin tener consuelo,
porque floto a salvo en la ignorancia
de cuanta está olvidada a su suerte
en este mundo que sufre más que yo.

A veces tal como alcanzo a recordar,
pierdo el juicio y entro en desquicio.
Regresar requiere de excesiva paciencia,
buscando la carencia de una existencia.
Fugazmente todo acaba como empezaba
sin importar lo cerca que yo estaba.

Y lanzo una plegaria la cima del cielo,
siendo un pagano que intenta ver mas allá.
Me pierdo en la inmensidad de mi mente,
que intenta descifrar el mensaje encriptado.
Pero no palpo la realidad sin depurar,
de cuanta gente se destruye solo por hambre.
porque simplemente desconozco la verdad,
de cuanta es perseguida solo por odio
ese mundo que se desvanece más que yo.