Es el momento exacto en que la tarde comienza a ser noche estoy parado en una autopista y muchos vehículos pasan a gran velocidad en todas direcciones, lo único que puedo ver son carros pasando a toda velocidad. En el segundo que cruzan a toda velocidad se escuchan fragmentos de las palabras de sus ocupantes. Todas se juntan creando un caos de dialectos extraños mientras veo luces rojas y blancas desplazándose a toda velocidad como fantasmas.
Ahora estoy en una sala llena de personas pero en realidad no estoy ahí y todos pueden darse cuenta de eso menos yo, al menos no completamente. Percibo a la gente haciendo lo que se supondría que deberán estar haciendo, hablando de lo que se supondría deberían estar hablando pero, todo se siente tan lejano. Le echo una mirada a mí alrededor y veo que todo parece estar normal en la dimensión desconocida, solo esa sensación tan extrañamente familiar. Mientras comienzo a hacerme a la idea de que esperar que la niebla se disperse no es muy buena idea me doy cuenta de que quizá esta sucediendo otra vez y digo quizá porque ¿desde cuando mi percepción es de confiar? (no soy bueno para las preguntas retóricas)
Después de un rato las horas consumen la vela de la percepción y todo se sigue sintiendo tal lejano e irreal pero esta vez ya no estoy en una sala llena de gente sino parado en un lugar donde todo cambia constantemente, un patio, un boulevard cerrado, un lugar con poca luz y mucha gente. La peor pesadilla de un agorafóbico se vuele el sueño loco de otra persona, siento que estoy viviendo en el sueño de alguien mas, solo otro extraño en un lugar extraño. El suelo que piso es completamente distinto a lo que yo asumiría que debería de ser y la gente que pasa es información fluye muy rápido y de forma desordenada.
De vuelta a la sala llena de gente veo el reloj mirándome detenidamente, cada vez que la manecilla del segundero hace un movimiento brusco siento que esta tratando de decirme algo. No soy muy bueno para interpretar mensajes entre líneas y creo que mi falta de sutileza al para expresar cualquier cosa es la prueba notoria de ello. Si embargo no se necesita ser un genio solo para observar y darse cuenta del momento en el que vives en mundo alterno que no puedes describir. Al empezar por ese instante lo ilógico y lo irracional de lo que no sucede pero se percibe tiendea ser más tenue o al menos temporal. Ahora ese mundo extraño y lejano se fusiona de manera mas ordenada con el escenario que antes parecía adverso ante mis ojos. La realidad que todos pueden ver (menos yo) con absoluta claridad deja de estremecerse, el lugar en el que estoy apoyando mis pies se diluye con tal sensación de estar lejos. Creo que la lección que he aprendido durante todo esos momentos tan inverosímiles es:
“No proclames los pensamientos que están dentro de tu cabeza como tuyos, no los enfrentes en el campo de batalla porque perderás. Solo observa como mantienen su distancia al no reaccionar y aceptándolos como parte de algo... de algo que no se sabe que es pero se supone que deben de estar ahí, hay cosas que no se pueden cuestionar, la mente tiene sus limitaciones.”
A veces funciona terminando el ciclo justo antes de que empiece o a veces solo me ayuda a hacerme a la idea de que la despersonalización no se va a ninguna parte, que solo es algo con lo que hay que aprender a vivir y que no es lo peor que podría suceder. Ahora puedo cruzar la autopista sin que lo que perciba me envíe al borde de mismo. Aunque no pueda entender esos dialectos extraños y eso autos no dejen de producir vértigo al ver sus luces ya he cruzado al otro lado.